Hoy paseando por las calles de mi barrio me he puesto a recordar mi infancia, lo feliz que era, La vida giraba en torno al colegio, la comida del mediodía, más colegio y, por fin, el bocadillo con chocolate al lado de los amigos, hasta que se hacía oscuro y había que volver a casa, con las bragas rotas por hacer toboganes improvisados con barandillas de cemento, o en vez de bajar patinando con aquellos patines de hierro (hoy en día impensables)bajábamos dando tumbos por la cuesta, o en las goitiberas hechas con cuatro tablas y compitiendo por cual era la mejor y la que mas rápido descendía, que la verdad no siempre ganaba la mejor si no el que más destreza tenia sobre ella.
Nos pasábamos ratos enteros jugando al chorro,morro.pico,tallo,que. Apostando a los cromos a ver si había suerte y volvíamos a recuperar aquel cromo que tanto nos gustaba o en su lugar hacernos con un montón de ellos si la suerte nos era propicia.
El ir a pescar zampaburus,lagartijas,ranas para luego meterlas por las espaldas del que estuviese más cerca.
Ir al Gurugu a coger cangrejos y ya de paso meternos en aquellas charcas llenas de fango y lodo para salir llenos de barro y sabiendo que ala vuelta nos esperaba una buena reprimenda.
Saltar a la comba, jugar al hinque, a la goma, al esconderite.No habia moviles ni falta que nos hacia, todos sabíamos el sitio y la hora de quedar, no teníamos x box,ni psp ni ordenador (claro que por aquel entonces todas esas cosas para nosotros era ciencia ficción)
De vez en cuando nos dedicamos a arreglar el mundo, ese mundo visto desde la perspectiva de un niño, sin que ninguno de nosotros tuviéramos muy claro que es lo que había que arreglar.
Otras pensábamos en el futuro en lo que seriamos de mayores, yo sería arqueóloga o hippie y recorrería un montón de países, pero los sueños, sueños son, y ni estudie arqueología ni fui hippie y por su puesto tampoco he viajado mucho, aunque me sigue encantando todo lo relacionado con culturas antiguas y no voy a decir que soy un poco hippie dejémoslo en que soy un pelín extravagante.
Los viernes noche nos sentabamos toda la familia alrededor de la tv para ver el un,dos,tres presentado por kiko ledgard y a malvado Don Cicuta acompañado de los tacañones.Y las tardes lluviosas la hora de dibujos animados con Speedy Gonzalez, la hormiga atomica, los chipiriflauticos, los payasos de la tele y como no Heidi,y el pobre Marco recorriendo medio mundo buscando a su mama.
Esos días de mi niñez correteando por el viejo Santutxu no los olvidare jamás, Con el paso del tiempo te das cuenta que entonces tenias toda la libertad, y por tanto, toda la felicidad que un niño de siete ú ocho años podía tener.
No digo que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero si pienso que los niños de hoy en día no saben divertirse de esa manera, ahora básicamente todo se reduce al ordenador, a las maquinitas,a los móviles, no existen las pandillas ni lo juegos en la calle ni el compañerismo de aquellos tiempos ni saben valorar lo que tienen, aunque de esto último los culpables somos nosotros los padres, por no enseñarles apreciar lo que tienen.
PDT
Que mayor soy, porque sentirme la verdad no lo siento sigo siendo la misma feliciana que antaño